16 DE SEPTIEMBRE:
Años atrás, en épocas del proceso, muchos idealistas, intelectuales y profesionales dieron lucha a ese gobierno represor, corrupto y asesino.
El espíritu indomable de los jóvenes estudiantes fue un factor “peligroso” para la Junta Militar, establecida en el año 1976; y fue por ello que los secundarios estaban en la mira de estos genocidas armados en poder.
El nefasto 16 de Septiembre, fue una muestra, y tan solo una muestra de la maquinaria accionaria del gobierno militar, en donde explayaron todo su potencial destructivo y feroz, que seguirían aplicando durante todo su plan gubernamental. Fue tan solo un símbolo de las posteriores represiones que sufririan los estudiantes secundarios motivados por la desigualdad social y la injusticia a tratar de cambiar la realidad contrastante de la Argentina durante los años de mandato militar, y que todavía seguimos pagando sus crímenes y errores.
La jornada del 16 de Septiembre, se inicia con una protesta estudiantil, por obtener un “boleto secundario” (hoy en día un derecho de todos los estudiantes); lo que ese grupo de jóvenes entusiastas solo le reclamaban al gobierno de facto, era un derecho hoy constitucional, que se rehusaban a dar. La protesta termina en represión, encarcelamiento, y posterior “desaparición de todos los jóvenes que participaron de ese reclamo.
Más de una semana estuvieron estos jóvenes de accionar activo, siendo torturados, humillados. Todos los estudiantes fueron asesinados y “desaparecidos”. Todos a excepción de uno. Quien gracias a el fue que la historia se conoce tal como la vivieron estos irrecuperables argentinos.
Memoria y conciencia, seria la mejor forma de recordar y homenajear estos tristemente celebres sucesos en años de dictadura militar.
Desde el lugar de estudiante, solo en conclusión, puedo dar este “consejo”, resistencia y memoria absoluta de los que fueron esos años no vividos por los estudiantes secundarios de la actualidad, y a partir de esto, saber reconocer nuestros derechos y considerarnos privilegiados y agradecidos por poder tenerlos y defenderlos sin mayor persecuta ni represión de ninguna autoridad.
Memoria viva.
Juan Martin Denis L.